Por Julio Alejandro AGUIRRE PADILLA

*Esto (campañas) se acabó.
*Nos toca hacer valer nuestros derechos.
*Anécdota con Enrique Peña Nieto.

Personalmente señalo que lo mejor de las campañas electorales se da cuando acatando las reglas candidatos y partidos políticos tienen que cerrar la boca.

Tengo 30 años (tiempo que A mi manerA salió por primera vez a la opinión pública) de decirlo; he señalado, también, que no me abrazo al optimismo y tampoco me aferro al pesimismo. Me ubico en el realismo.

No creo en los dichos de los políticos de cualquier sigla o color que para prometer son iguales y para (no) cumplir, también. En eso no hay truco y creo estar en lo cierto.

Los candidatos pasan más tiempo desnudando al opositor -y al país- que en arroparlo ofreciendo propuestas reales.

No nos abren los oídos ante propuestas, nos hacen abrir los ojos de asombro de lo que son, de lo que dice uno y otro generando dudas y agrandando la confusión en la sociedad.

¿Cuántas veces se ha dicho que no gana un partido político, sino que pierde el que ostenta el poder como castigo de la sociedad?

El famoso voto de castigo. El sufragio que marcado con una cruz la sociedad expresa: “Estamos hasta la madre de ti. Ahora votaré por otro instituto político”

Quiere decir, a mi entender, que no ganó el que levantó el brazo y presume ser el mejor partido del país; perdió el más malo, más corrupto, más ladrón y dicen en mi pueblo no es lo mismo Chana que Juana.

Se acabó el tiempo de escuchar tanta barbaridad (ataques y propuestas) y los políticos calladitos se ven más bonitos, aunque un político callado no es político.

HAGAMOS LO NUESTRO

Estamos a horas de la verdad. El voto ciudadano es lo único verdadero en política y este domingo 2 de junio decidiremos qué partido y qué candidato queremos para los diferentes cargos de elección popular que estarán en juego siendo la silla presidencial la más importante.

Acudiré a las urnas seguro de mi convicción (no lo veo como obligación) y marcaré las boletas no por quienes considero sea mejor. Lo haré convencido de votar por el menos peor.

Después veremos y comentaremos. Algún día espero felicitarme y decir: ¡Hasta que acertaste en una!

Una vez depositado mi voto me sentiré con la confianza de seguir cuestionando y señalando a quienes no cumplieron su palabra, a quiénes traicionaron la confianza del pueblo.

ANÉCDOTA

Conocí bien a Enrique Peña Nieto antes que fuera gobernador del Estado de México. Soy testigo de su crecimiento político hasta llegar a la silla máxima del país y una vez en ella comenté mi sentir sobre su desempeño.

Enrique Peña Nieto, como guía de todos los mexicanos sacó un spot que decía más o menos así: “Lo bueno también se cuenta”.

Obviamente me sentí aludido (aunque no fueran mis comentarios propiamente lo que lo llevó a sacar dicho eslogan) y mi sentir lo plasme de inmediato: “Pues haga algo bueno Presidente, para contarlo”.

Lo cierto es que este domingo 2 de junio nuestro México lindo y querido tendrá por primera vez a una mujer que guie los destinos de TODOS.

Mujer, finalmente, será respetada, pero su condición e investidura presidencial no impedirá que se digan las cosas A mi manerA.

No se le pide haga maravillas, pero se le exige cumpla con una cuarta parte (mínimo) de lo que prometió y por lo que la mayoría votó.

Nadie, hombre o mujer, es más grande e importante que el país.

Nadie, hombre o mujer, es más que el pueblo.

Quien sea la próxima presidenta de México dejará, en el momento de recibir la banda presidencial, de pertenecer a un partido político o coalición.

Nos vemos en las urnas y aunque Dios no es político no está de más encomendarnos al Señor.

Tal vez gané o tal vez perdí/ tal vez lloré o tal vez reí/ ahora sé que fui feliz y si lloré también ame/ puedo seguir hasta el final…A mi manerA.

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