Ciudad de México, 5 de junio de 2025 — En un momento que marca un antes y un después en la historia del poder judicial en México, el abogado mixteco Hugo Aguilar fue electo como nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Se trata no solo del primer indígena en ocupar ese cargo, sino también de la primera vez que los jueces del máximo tribunal fueron elegidos por voto popular.

Aguilar, originario de Oaxaca y defensor de los derechos de los pueblos originarios, obtuvo el 5.3% de los sufragios emitidos en las elecciones del pasado domingo. Por ley, el candidato más votado entre los nueve ministros electos debe asumir la presidencia del máximo tribunal.
Con una participación del 13% del padrón electoral —aproximadamente 13 millones de votantes—, esta elección representa un ejercicio inédito de democracia judicial a nivel mundial. Los candidatos fueron previamente seleccionados por los poderes Ejecutivo y Legislativo, ambos de mayoría oficialista.
“Me da mucho gusto que el próximo presidente de la Suprema Corte sea un indígena mixteco de Oaxaca, muy buen abogado, tengo el privilegio de conocerlo”, celebró la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia matutina.
De defensor comunitario a la máxima tribuna judicial
Hugo Aguilar, nacido en 1973, ha desarrollado una carrera centrada en la defensa de los derechos humanos y, particularmente, de los pueblos indígenas. Se ha desempeñado como consultor para la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y como coordinador general de Derechos Indígenas en el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
A pesar de que nunca se planteó como meta llegar a la SCJN, Aguilar decidió postularse con la reforma judicial en marcha. “Nunca pensé en ser ministro, pero vi una oportunidad de hacer valer nuestra voz desde adentro y convencer a la gente con propuestas, no con promesas vacías”, declaró en su campaña.
Tres ejes para transformar la justicia
Durante el proceso electoral, Aguilar propuso una visión transformadora de la Corte, basada en tres ejes centrales:
Justicia en territorio: Promover visitas “in situ”, escuchar a las personas en sus contextos reales y eliminar los formalismos innecesarios, para que las sentencias estén sustentadas en la realidad, no solo en la técnica jurídica. Justicia multidisciplinaria y abierta: Reconocer que nadie posee la verdad absoluta. Por ello, buscar el diálogo entre especialistas mediante la figura del Amicus Curiae, e involucrar activamente a las partes en el análisis de los casos. Justicia como herramienta de cambio social: Evitar que la función jurisdiccional sea un obstáculo al avance democrático. Fomentar el diálogo republicano entre los tres niveles de gobierno y con los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas.
Un legado que evoca a Benito Juárez
El perfil de Aguilar ha sido comparado con el de Benito Juárez, también indígena oaxaqueño, quien presidió la Corte en el siglo XIX antes de convertirse en presidente de México. “Existe una deuda histórica con los pueblos originarios. La justicia debe hablar también en nuestras lenguas y reconocer nuestros contextos”, ha dicho Aguilar.
El nuevo ministro presidente enfrentará el reto de liderar una Suprema Corte plural, integrada por cinco mujeres y cuatro hombres, en un contexto de profunda transformación institucional y con la expectativa ciudadana puesta en un sistema judicial más cercano, justo y humano.