Además de un tardío nombramiento por tema de interés político, acusaciones por violencia política de género, señalamientos de amenazas, oficinas no aptas, acoso y más, finalmente el cabildo toluqueño aprobó el nombramiento de la nueva titular del Instituto Municipal de la Mujer, Andrea Becerril Valdés.
Las acusaciones no son menores, pero sí pequeñas en comparación al grave ambiente hostil en contra de las mujeres que se vive en la capital mexiquense, donde el alcalde, Juan Maccise, nada más no encuentra la forma de atender este flagelo social.
Aún cuando han disminuido los feminicidios en Toluca, las cifras siguen siendo alarmantes como grave es también el alza de los actos de violencia contra las mujeres.
La falta de políticas públicas que defiendan a la mujer, acciones para potenciar su condición bajo cualquier circunstancia y lamentable también la carencia de líneas de acción para su defensa, ensombrece el panorama de las mujeres toluqueñas, que viven, tal vez, la etapa más grave en la historia.
Tal parece que el presidente municipal desea que se pase el tiempo rápido para dejar el cargo que al final, pese a la apuesta de un cambio, está otra vez reprobada la capital mexiaquense.
