Toluca, Estado de México, 15 de junio de 2025.— Este Día del Padre tiene un significado muy especial para Alberto y Diego, quienes celebran por primera vez como papás de corazón, tras adoptar a Ary hace cuatro meses, en un proceso legal acompañado por el Juzgado Especializado en Procedimientos de Adopción del Poder Judicial del Estado de México (PJEdomex).
Su historia comenzó en 2019, cuando decidieron que su proyecto de vida en común debía incluir la paternidad. Después de alcanzar metas personales y profesionales, el deseo de criar a una niña o niño se convirtió en su mayor anhelo.
Fue en noviembre del año pasado cuando ingresaron oficialmente a la lista de espera para adopción. En enero de este año recibieron la esperada noticia: Ary estaba lista para integrarse a su familia. Desde entonces, sus días están llenos de juegos, aprendizajes y momentos que antes solo imaginaban.

“Fue como vivir un pensamiento feliz, de esos que te llevan al país de Nunca Jamás”, recordó Diego al hablar del primer encuentro con su hija, un instante que, dicen, cambió sus vidas para siempre.
En el Estado de México, el proceso de adopción dura entre seis y siete meses. Comienza en la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, donde se realizan valoraciones médicas, psicológicas y sociales. Si los resultados son favorables, se emite un certificado de idoneidad y el Juzgado Especializado dicta la sentencia que formaliza la adopción.
Alberto y Diego coinciden en que ser padres no es tarea sencilla, pero sí profundamente transformadora. Por eso, animan a quienes desean formar una familia a través de la adopción a informarse y dar el paso: “hay muchos niños y niñas que esperan ser parte de un hogar”, afirman.
Para esta joven familia, el Día del Padre no solo es una celebración, sino también el inicio de una nueva vida, marcada por pasos juguetones, miradas llenas de amor y la certeza de que los sueños se pueden alcanzar cuando se construyen desde el corazón.