Un grupo de al menos 150 taxistas del municipio de Metepec intentaron linchar a tres presuntos extorsionadores que, según sus testimonios, llevaban más de dos años cobrándoles “derecho de piso”, incluso bajo amenazas de muerte contra ellos y sus familias.

Los hechos ocurrieron la tarde de este martes, cuando los conductores citaron a los supuestos criminales bajo el pretexto de llegar a un acuerdo para evitar el aumento en las cuotas ilegales. Sin embargo, al negarse los presuntos delincuentes a reducir el cobro, los choferes decidieron retenerlos y golpearlos, lo que generó una tensa situación que requirió la intervención de autoridades municipales y estatales.

Acusaciones contra una célula de la Familia Michoacana

De acuerdo con los propios taxistas —quienes prefirieron mantener el anonimato por motivos de seguridad—, los extorsionadores se ostentaban como miembros de una célula de la organización criminal conocida como la Familia Michoacana. Durante los últimos años, exigían pagos de hasta 1,500 pesos mensuales por unidad, además de cuotas semanales sobre las ganancias.

Los trabajadores del volante aseguraron que cedieron por miedo, pero la reciente intención de aumentar el cobro los llevó al límite. Fue entonces que organizaron la cita para este martes 27 de mayo, con la intención de negociar, pero terminaron por actuar en masa tras la negativa de los presuntos agresores.

Detenidos y trasladados al Ministerio Público

Elementos de la Dirección de Seguridad Pública de Metepec y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) intervinieron para detener la agresión y trasladar a los tres señalados al Centro de Justicia de Metepec.

Los taxistas se movilizaron también hacia el Ministerio Público, donde exigieron que los detenidos no sean liberados y ratificaron sus denuncias, además de pedir mayor seguridad en la zona.

“No queremos que esto se quede así, tienen más gente y tememos represalias”, señalaron varios de los afectados en el exterior del Centro de Justicia.

La situación generó tensión en la zona y visibiliza nuevamente los problemas de extorsión y presencia de grupos criminales en el Estado de México, así como la creciente desesperación de la ciudadanía ante la falta de protección efectiva.