Carlos Omar González Morán, quien además de ser catedrático es Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Valle de México e integrante del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII), detalló que el PVDF posee propiedades ferroeléctricas, piroeléctricas y piezoeléctricas. Estas características hacen que el material sea particularmente prometedor para la regeneración de piel, especialmente en pacientes que han sufrido quemaduras severas.
El investigador explicó que una de las técnicas clave que se están utilizando en este proyecto es el electrospinning o electrohilado, un proceso que permite la creación de fibras extremadamente delgadas a partir del polímero. “El PVDF se diluye en un thinner específico hasta obtener una consistencia líquida, similar a la del Resistol blanco. Posteriormente, aplicamos una caída de alto voltaje, que puede variar entre ocho mil y 12 mil volts, lo que provoca que el polímero se degrade en fibras muy delgadas”, señaló.
Estas fibras, que pueden alcanzar entre 50 y 150 micrómetros de espesor, han sido medidas con microscopios de altas energías y permiten la creación de enmallados de precisión. Según González Morán, estos enmallados, cuando se combinan con la electrónica adecuada, tienen el potencial de devolver la sensibilidad perdida en áreas del cuerpo afectadas por quemaduras, una de las secuelas más devastadoras para los pacientes que han sufrido lesiones de este tipo.