Por Carlos Ramírez
La oposición ha encontrado el camino fácil de desprestigiar la calidad de las encuestas para desconocer las tendencias que están mostrando el 95% de ellas a favor de la candidata oficial Claudia Sheinbaum Pardo. Pero el problema real no está en el presunto cuchareo de los sondeos demoscópicos, sino en el hecho real de que están reflejando la distribución del poder político, presidencial, electoral, territorial y partidista de la república.
Dos datos bastarían para explicar las cifras de las encuestas que dan holgada ventaja a la candidata de morena sobre la coalición del PRIANREDE: la aprobación presidencial en alrededor del 60% y el control regional de Morena con 21 gubernaturas en directo y dos asociadas en tan solo seis años, con el desplome del PRI a sólo dos gobiernos estatales ejercidos en alianza con el PAN y el membrete del PRD y la disminución panista de nueve estados en su punto culminante a solo cinco ahora.
Otros datos están adelantando la victoria de Morena: de las cinco entidades que engloban casi el 40% del padrón electoral, cuatro de ellas están en poder de Morena y la quinta, Jalisco, podría considerarse en una alianza política estratégica con Morena. Las plazas estatales del PAN son menores y las del PRI están abajo de 2.5% de empadronados.
El análisis de la distribución del poder político, electoral y territorial revela la capacidad de expansión en control político de Morena en solo seis años: en 2019 ganó sus primeras cuatro gubernaturas, arrancándole al PAN su bastión de Baja California que había sido concertacesionada por el PRI de Luis Donaldo Colosio y del presidente Carlos Salinas de Gortari en 1989, a cambio de que las bancadas del PAN controladas por Luis H. Álvarez –una de las figuras más prominentes de liderazgo panista– legitimarán la presidencia de Salinas sin atender las quejas de los candidatos opositores Cuauhtémoc Cárdenas, el panista Manuel J. Clouthier y la izquierdista Rosario Ibarra de Piedra. Con la negociación de la gubernatura de Baja California, el PAN inició su segunda etapa como oposición leal para cerrarle las puertas al PRD de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López obrador.
La revisión de los principales análisis sobre el auge rápido de Morena en el control del poder político territorial estatal señala a la figura del presidente López Obrador como el motor de la votación a favor del nuevo partido que desfondó al PRD, e inclusive, en la actualidad, el apoyo presidencial ha logrado mantener a flote a gobernadores y gobernadoras que han sido rebasadas por la problemática sobre todo de la seguridad.
Las encuestas sobre elecciones presidenciales que dan una tendencia promedio de 55% para la candidata de morena y de menos de 30% para la coalicionista del PRIANREDE reflejan el mapa de la distribución del poder político territorial en materia electoral. Con el control directo de 21 gubernaturas y cuatro aliadas, la suma de 25 gobiernos estatales a favor de morena daría el control a favor de Palacio Nacional del 78% de la población-territorio de la República, sin que existan evidencias de que en esas plazas controladas por Morena que hayan detectado militancias agresivas opositoras que pudieran modificar el reparto del poder territorial.
Estas cifras del poder político territorial también están explicando las razones por las cuales Morena está encabezando la tendencia de votos legislativos hasta ahora por 55% y con la meta de alianzas con otras formaciones para poder sumar la mayoría calificada del 67% de asientos en las dos cámaras, construyendo un bloque legislativo para modificar la Constitución en una coalición dominante y sin necesidad del apoyo negociado con la oposición.
La lucha por nueve gubernaturas en 2024 también estaría mandando mensajes de redistribución del poder político territorial: el PAN tiene el control de Guanajuato y Yucatán, pero algunas encuestas pudieran estar aportando elementos sorpresa por la figura presidencial; de las siete restantes Morena estaría acariciando la conquista de los gobiernos estatales, con la posibilidad, hasta ahora, de alzarse también con la gubernatura de Jalisco que hoy posee Movimiento Ciudadano. Más que buenos deseos o encuestas cuchareadas, en las elecciones locales en nueve estados también aplicaría el modelo de análisis estratégico en la figura dominante del presidente López Obrador y su aprobación inclusive en cifras mayores a las de su partido o las de sus candidatos.
La oposición puede seguir acusando tendencias al presunto cuchareo de encuestas, pero los datos duros de distribución del poder municipal, estatal y federal en las 32 entidades de la República están siendo beneficiadas en la actualidad por la aprobación a favor del presidente de la República. Se trata de un dato áspero que refleja la realidad estadística del país.